COACHING PROFESIONAL
Definición de coaching según International Coach Federation
"El coaching profesional consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida."
En cada sesión, el cliente elige el tema de conversación mientras el coach escucha y contribuye con observaciones y preguntas. Este método interactivo crea transparencia y motiva al cliente para actuar. El coaching acelera el avance de los objetivos del cliente, al proporcionar mayor enfoque y conciencia de sus posibilidades de elección. El coaching toma como punto de partida la situación actual del cliente y se centra en lo que éste esté dispuesto a hacer para llegar a donde le gustaría estar en el futuro, siendo conscientes de que todo resultado depende de las intenciones, elecciones y acciones del cliente, respaldadas por el esfuerzo del coach y la aplicación del método de coaching.
Filosofía de coaching según International Coach Federation
La Internacional Coach Federation (ICF) se adhiere a los principios de una forma de coaching que respeta al cliente como el experto en su vida y trabajo y cree en cada cliente como un ser creativo, con iniciativa y completo.
Basándose en este fundamento, las responsabilidades del coach son:
Descubrir, aclarar y definir lo que el cliente quiere alcanzar
Estimular el auto-descubrimiento del cliente
Suscitar soluciones y estrategias generadas por el propio cliente
Mantener en el cliente una actitud responsable y consecuente
A continuación presentamos algunos de los beneficios del coaching.
Beneficios para la persona
- Desarrollar nuestras capacidades y fortalezas.
- Ganar en eficiencia y disfrutar más las cosas.
- Tomar decisiones con conciencia, conocimiento, argumentos y valores.
- Confianza en nosotros mismos.
- Arriesgar por lo que queremos.
Beneficios para la organización
- Consolidar con rapidez y eficacia nuevas promociones o cambios de asignación.
- Potenciar la fidelización del talento interno.
- Integrar metodología que multiplica las capacidades de las personas.
- Innovar en procesos o modelos de gestión.
- Potenciar resultados de negocio.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
LA HABILIDAD EMOCIONAL DE APRECIAR ACTITUDES POR ENCIMA DE APTITUDES
Cuando entramos a trabajar en un nuevo empleo, o nos integramos en un grupo de nuevos amigos, o conocemos a los familiares de la persona con la que vamos a prometernos en matrimonio, adoptamos, de forma automática, una actitud prudente y positiva. Escuchamos con atención, pensamos las palabras precisas antes de hablar, nos comportamos con cuidadosa exquisitez. En suma, disciplinamos nuestra actitud pues intuimos que va a ser crucial en la imagen que ofrezcamos de nosotros mismos.
En esos momentos, comprendemos que lo básico es la actitud a mantener (de respeto, por ejemplo), y sobre la misma se podrán edificar las aptitudes (por ejemplo: hacerse simpático). Las aptitudes se construyen sobre los cimientos de las actitudes. ¿Pero a qué llamamos actitudes? ¿Qué son? Busquémosle acompañantes al término ‘actitud’:
Actitud...motivada. Actitud...concentrada. Actitud...relajada. Actitud...firme.
Actitud...alegre· Actitud...ambigua. Actitud...segura.
Existen múltiples posibilidades, múltiples materiales para la actitud. Entre otras cosas, la actitud es motivación (o desmotivación), y es concentración (o dispersión, despiste), y es relajación (tensión), y es firmeza (o titubeo, debilidad), y es alegría (o tristeza), y es ambigüedad (o claridad), y es seguridad (o duda).
En las aptitudes de los demás se suele depositar la confianza. ‘Es listo’, ‘podrá hacerlo’, ‘ es capaz’, ‘ha demostrado ser hábil’. La desconfianza y la decepción llegan por la vía de las actitudes. ‘Ha perdido interés’, ‘ va a los suyo y punto’, ‘es bueno, pero su soberbia le impide ser consciente de que aún debe seguir aprendiendo’, ‘siempre es el más rápido, pero últimamente mira a los demás por encima del hombro’.
Lentamente, desde la niñez a la edad adulta, pasando por la adolescencia y la juventud, sin ser muy conscientes de su importancia, vamos modelando nuestras actitudes. Sin embargo, en nuestra vida diaria atendemos mucho más a las aptitudes, a las habilidades, a las capacidades, pensando que serán éstas las decisivas. Y a corto plazo, es muy posible que así sea.
Pero a medio y largo plazo, las que van a resultar fundamentales en nuestra relación con los demás, y con nosotros mismos, serán las actitudes. El control de las propias actitudes, y el desarrollo de las positivas y la mejora de las negativas, debe ser objeto de atención.